Así románticamente se chocaron las caras cuando él intentaba darle un beso y ella contarle un secreto. Ella terminó con un dolor de nariz y él con una carcajada pegajosa que ella terminó por recibir y entregar. Se rieron dentro del cine como si no hubiese nadie más mientras veían El Principito.
Sí, es claro, se convirtieron en niños.
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